viernes, 24 de febrero de 2017

El Duende Verde - Serie Limitada

El Duende Verde (Green Goblin) tiene el honor de ser uno de los enemigos más pintorescos y, al mismo tiempo, más peligrosos de Spider Man. Desde su creación, por Stan Lee y el mítico Steve Ditko en Amazing Spiderman 14, de Julio de 1964, destacó por su inteligencia, su capacidad para crear intrigas y por su capacidad para amenazar a los seres queridos de Peter Parker. Incluso produjo, según cuenta la leyenda, la separación definitiva de su equipo creador, quienes no lograron ponerse de acuerdo en cuando a su identidad secreta y, como sabemos, fue el causante de una de las muertes más trágicas de la historia de los comics, la de Gwen Stacy. Con el paso del tiempo, otros personajes adoptaron la identidad de este terrible villano, algunos con mejor suerte que otros. Sin embargo, es imposible negar la influencia de su presencia y su legado en el universo arácnido, incluso hasta en la actualidad. La presente serie limitada toma elementos de la rica historia del Duende Verde y los transforma para llevarlos a plena década de los 90's, lo que la convierte en una colección bastante atractiva, si bien con algunos sobresaltos. Pero antes de adentrarse en este trabajo, repasemos brevemente la vasta historia de este personaje.



Dinastía Maligna

Al momento en que aparece esta serie, tres personas (o en realidad cinco o seis??) han utilizado la identidad del Duende. El primero es Norman Osborn, empresario e inventor, y padre de uno de los amigos del colegio de Peter Parker. Su historia es uno de los puntos más altos de la mitología arácnida y ameritaría un artículo completo. El segundo Duende es el hijo de Norman, Harry Osborn, amigo cercano de Peter. Luego vendría el psicólogo Bart Hamilton, que al tratar la locura de Harry obtiene los secretos del Duende Verde y adopta su identidad. Posteriormente, y estando Roger Stern a cargo de la colección, aparece otro villano inspirado en el archienemigo del aránico, el Hobgoblin (en español, simplemente "El Duende") que a pesar de tener otro traje, presentó los mismos dolores de cabeza para el amistoso vecino Spider-Man: intrigas dentro de intrigas, una identidad secreta con múltiples pistas y una amenaza constante para los seres queridos del héroe araña. Este Duende finalmente sería revelado, contra varios pronósticos, como Ned Leeds, reportero del Daily Bugle, y luego, como el diseñador Roderick Kingsley. Esta sub trama también es uno de los momentos más interesantes de la historia arácnida, y da cuenta del interés que este personaje generó en los lectores y creadores del personaje. Luego de la muerte de Leeds otro personaje asumiría la identidad del Duende: esta vez el mercenario Jason Macendale, que anteriormente había utilizado la identidad de Jack O'Lantern. Macendale sería posteriormente poseído por un demonio y se convertiría en el Demo-Duende. 




Hasta aquí la historia del Duende hasta el comienzo de esta serie, a mediados de los 90.

Que verde era mi Duende

Esta maxiserie de 13 números USA, creada por Tom DeFalco (Thor, Spiderman) y dibujada en su mayor parte por Scott McDaniel (Daredevil: Caída del Paraíso) presenta a Phil Urich, sobrino del famoso reportero e investigador del Daily Bugle Ben Urich, como un jóven lleno de ansiedad y angustia por su futuro. Phil ha dejado sus estudios, trabaja como ayudante de su tío en el  periodico y frecuenta a un grupo de delincuentes que hacen de las suyas en el barrio. Todo esto cambia cuando encuentra, por casualidad, un escondite secreto del Duende Verde y se ve forzado a ponerse su traje. De aquí en adelante la serie se desenvuelve explorando las dudas del personaje, que debe enfrentarse al legado de maldad del Duende y a una sociedad que lo ve como un villano, a pesar que su intención es solamente pasar un buen rato y conocer mujeres. En este sentido, DeFalco refleja el espírtu de la época, en la que parte de la moda era presentar jóvenes despreocupados, indulgentes y un tanto hedonistas que no se sentían del todo cómodos con el papel de héroes. Naturalmente el tour de force lleva al personaje a toparse con Spiderman, Daredevil y antiguos personajes y villanos del Universo Marvel, al tiempo que se introduce un reparto de secundarios que aportan algo de profundidad a la historia. 























En su paso por el Universo Marvel el nuevo Duende debe hacer frente a conocidos héroes y villanos para probarse a sí mismo



A pesar  del legado de maldad que rodea al personaje, Phil se debate constantemente entre su intención de ayudar a los débiles y su nihilismo innato, además de luchar contra los demonios que lo atormentan; y todo esto, al tiempo que intenta llamar la atención de la chica que le gusta. La serie va aumentando progresivamente la tensión, al tiempo que Phil va tomando consciencia de su responsabilidad; en este sentido, la transformación del personaje desde un jóven despreocupado a un héroe insipiente recuerda al proceso por el que tuvo que pasar el jóven Peter Parker, aunque eso sí Phil no contó con el apoyo y amor de un tío Ben que lo encauzara. Así, muchos de los actos desinteresados de Phil se trastocan al descubrirse que han sido motivados por obtener una ganacia material o para impresionar a la chica de sus sueños. El dibujo de McDaniel, por otra parte, es frenético y consigue aportar a la sensación de confusión que rodea al nuevo Duende.
La serie consta de 13 números y a pesar que quedan algunos misterios sin resolver,  DeFalco prepara un final muy digno para el personaje que se enmarca dentro de la saga de Onslaught y la invasión de Centinelas en Nueva York. Sería el canto de cisne para Phil Urich, que en un último acto de sacrificio parece comprender finalmente el sentido último del heroísmo.La serie logra, a pesar de su brevedad, ser una interesante entrada en la mitología arácnida, profundizando en la historia del mayor enemigo del trepamuros. Finalmente, la premisa de la colección continúa siendo muy interesante: es el hombre o el disfraz lo que hacen al héroe? Y luego, es posible escapar a un destino siniestro, a un legado de maldad? La serie parecía decantarse por una respuesta positiva; sin embargo, historias posteriores recuperaron al personaje en una luz totalmente distinta.


lunes, 20 de febrero de 2017

Green Arrow: El Cazador Acecha

Seguimos con las reseñas de obras clásicas del comic-book y nuevamente contamos con un aporte de Mr. Diavalos al completo. Esta vez se trata de una obra muy interesante, que revitalizó a un personaje carismático de DC comics, pero que, sin embargo, históricamente no ha conseguido mucha popularidad. Se trata de Green Arrow (Flecha Verde) cuyos orígenes se remontan a principios de los años 40, en pleno apogeo de los vigilantes enmascarados. En el principio, Green Arrow se distinguía de otros personajes sólo por su arma de elección: el arco y la flecha. Esto sin duda le daba a guionistas y dibujantes la oportunidad de hacer cosas distintas hasta lo que se había hecho hasta el momento. Sin embargo, aparte de eso, Green Arrow compartía los mismos elementos que ya se habían establecido como populares para las audiencias de la época: un playboy millonario que contaba con un jóven ayudante y que combatía el crimen más por aburrimiento que por alguna otra necesidad más profunda.

More Fun Comics, primera aparición de Green Arrow y Speedy



Creado por Mort Weisinger y George Papp, la primera aparición de Flecha Verde fue en More Fun Comics 73, de Noviembre de 1941, colección en la que compartían aventuras el Dr. Destino, El Espectro y Johnny Quick. En este número, además, justamente se produjo el debut de otro conocido héroe, Aquaman. Flecha Verde no fue el primer héroe en utilizar el motivo del arco y la flecha para combatir el crimen, pues ya en 1938 había aparecido The Arrow (la flecha) un justiciero que no escatimaba en castigar a los malvados con fuerza letal, publicado por la compañía Centaur Comics. Sin embargo, Flecha Verde logró mantenerse a lo largo de los años, principalmente por su estilo semejante a un Robin Hood moderno, por la presencia de su ayudante Speedy (que lo asemejaba a otros personajes como Batman) y porque la publicación de sus historias siempre fue complementaria a la de otros héroes más populares de la época. Así, por ejemplo, además de sus historias en solitario en 1942 se une a los Siete Soldados de la Victoria originales, grupo que intentaba repetir el éxito logrado por la Sociedad de la Justicia, al reunir en una sóla colección a distintos personajes que hasta el momento tenían aventuras en solitario. En efecto, en Leading Comics 1, publicado en el Invierno de 1941-1942, Flecha Verde y Speedy se unen al Caballero Brillante (Shining Knight) el Vengador Carmesí (Crimson Avenger) el Vigilante original y Star Spangled Kid para formar esta singular agrupación.

Portada de Leading Comics 1

Cuando la moda de los héroes comenzó a dar paso, en los años 50, a nuevas historias de horror, ciencia ficción y romance, muchos personajes pasaron al olvido. Flecha Verde logró mantenerse aunque de forma discreta; en esta época destacan muy especialmente las historias que realizó Jack Kirby con el personaje, publicadas como complemento en la colección Adventure Comics, protagonizada por Superboy, y que mezclan elementos de las historias de monstruos espaciales y civilizaciones extraterrestres con la aventura heroíca. 


Extracto de Adventure Comics 252, de 1958, con una historia escrita y dibujada por Jack Kirby y que sería publicada en español por editorial Zinco en su antología "Las mejores Historias de los años 50 jamás contadas"


 Durante los 60's Flecha Verde tuvo apariciones esporádicas junto a la Liga de la Justicia pero no sería hasta la década de 1970 en que realmente tomó un rumbo interesante, gracias a las historias realizadas por Denny O'Neal y Neal Adams, con historias socialmente relevantes, en las que Oliver Queen se convirtió en el complemento perfecto de Hal Jordan en su viaje por Estados Unidos y su realidad: consumo de drogas, alcoholismo y segregación racial. Sin embargo, faltaba una serie que redifiniera al personaje para la época moderna, estableciendo su papel en el mundo post-crisis, a la manera de Batman Año Uno y Superman Hombre de Acero. Es en este momento histórico, en 1987, en el que Mike Grell desarrolla la serie The Longbow Hunters, conocida en español como El Cazador Acecha.


Green Arrow: El Cazador Acecha
 Reseña por Mr. Diávalos

 Hace muy poco por fin pude leer esta obra que tenía pendiente muchos años y que es la que voy a comentar ahora. Para ello hay que remontarse a la segunda mitad de los años 80, donde nos encontramos en una crucial etapa de la editorial DC, que hace poco había finalizado su saga Crisis en Las Tierras Infinitas, estableciendo un reboot para relanzar, supuestamente desde cero, sus series. Nuevas e inolvidables etapas se concretan con personajes como Superman, Batman y  Wonder Woman, o agrupaciones como Liga De La Justicia y Escuadrón Suicida por solo nombrar algunos. Además se hacía historia con dos obras culmines y rupturistas como lo fueron Watchmen y Dark Knight Returns, que serán inspiraciones y referencias para infinidad de relatos de tonos oscuros y grises,  tendencia que se convertirá en el sello de varias colecciones, con resultados muy dispares. En estas historias los personajes se enfrentan a un entorno lo más realista y crudo posible, forzándolos a tomar decisiones  que los hacen transitar en esa delgada línea que separa al héroe del antihéroe.  Es aquí donde  Green Arrow se asienta, siendo en mi opinión esta obra la que mejor abarca el entorno realista y oscuro en la que buscan insertar al personaje. Acá el encargado como autor completo es Mike Grell, con un dibujo estéticamente muy logrado, interesante trabajo de viñetas y para qué hablar del logrado trabajo en el color de Julia Lacquement, que concretan una línea gráfica que, si bien, puede perder en dinamismo debido a lo estático de varias imágenes, que más que parecer arte secuencial se ven como bonitos cuadros, no le restan intensidad para complementarse bien con el sórdido relato que ira desarrollando Grell a lo largo de los tres tomos publicados por la recordada y extinta editorial Zinco (posteriormente reeditado por Planeta).  



¿Que nos trae esta historia? Sin duda varios puntos interesantes, en primer lugar si bien estamos hablando de un relanzamiento vemos acá al Green Arrow que muchos conocimos en esa etapa de culto que nos dieron Dennis O’Neil junto a Neal Adams cuando compartía protagonismo con Green Lantern; mientras que este último se fue abocando a sagas más espaciales que muchos conocimos, nuestro arquero esmeralda siguió viéndose enfrentado a los problemas de corte social y humanos al cual ya nos tenía acostumbrados. Incluso acá se recuerda aquel episodio que la dupla de héroes vivió al descubrir la adicción a la heroína de Speedy, el sidekick o protegido de Green Arrow.

Para hacer más realista la historia, nuestro personaje se asienta en una ciudad real como es Seattle, dejando de lado la ficticia Star City. Así, los villanos de corte pintoresco y estrafalarios son reemplazados por organizaciones de traficantes, asesinos seriales, la mafia Yakuza japonesa o  cofradías de ex veteranos que torturan y blanquean información, los que van siendo presentados de forma muy interesante a lo largo del desarrollo de la historia. 



Esta obra además es un excelente punto de partida para conocer el origen de Green Arrow donde en breves páginas se expone en forma clara que su inicio fue bastante menos épico de lo que la leyenda narra sobre él.  Asimismo, otro punto a destacar es que a diferencia del Batman Año 1, o los relanzamientos de Wonder Woman, Flash o Superman, no estamos hablando de un superhéroe juvenil cuya edad está bajo los 30 años: Oliver Queen / Green Arrow está ya sumido en sus 40 años y su motivación como héroe ya no es sólo la adrenalina de ir de aventuras; por ejemplo, mientras está en búsqueda del asesino en serie conoce a una antagonista y posteriormente incómoda aliada llamada Shado quién muestra más habilidad que nuestro personaje con el arco y flecha (o sea, al menos en esta historia, ya no es el mejor en lo que hace).  
En el aspecto humano, por otro lado, el personaje va mostrando aquella necesidad de quemar etapas que muchas personas a su edad ya han concretado. En este punto entra la lograda descripción de su relación con Dinah Lance / Canario Negro como compañera de aventuras y relación afectiva, con interesantes diálogos, que contraponen sus argumentos en temas tan humanos como la intención de Oliver de ser padre a lo que Dinah le responde que ella desea tener hijos…. pero no huérfanos! dejando en claro el peligroso mundo en el que se desenvuelven a través de su vocación y que ya es una premonición a lo que vendrá.

Al finalizar el tomo 2 la misión personal que toma Canario Negro de ir tras una operación de drogas sale muy mal, ya que es atrapada, vejada y torturada donde lo más inquietante es que quién lo lleva a cabo no es un villano con aspecto atemorizante sino una persona común y corriente en apariencia, que si la vieras en la calle no te generaría mayor sospechas y sin embargo acá lo ves haciendo uso (y disfrutando) de estos actos de tortura. Si bien la venganza es casi inmediata y efectiva, se va percibiendo ese ambiente de angustia que producen los eventos traumáticos, que se reflejan a través de pesadillas y la impotencia que a pesar de hacer justicia y desarticular las operaciones de la organización criminal queda esa sensación de vulnerabilidad y del poder haber impedido el daño a seres queridos, donde sueños y anhelos quedan seriamente dañados y va a costar mucho tiempo reconstruirlos.



 En cierta medida estas percepciones también recuerdo verlas reflejadas en la película Irreversible, donde a pesar del rápido ajusticiamiento no te quita esa sensación de que hay heridas que no sanan, que la venganza consumada no quita esa desazón que produce el ver un ser amado vulnerado y vejado por un desconocido que simplemente se cruzó en su camino. Con sus claras diferencias,  varios aspectos similares se ven también, por ejemplo, en Batman: La Broma Asesina de Alan Moore y debemos tener en cuenta que  la historia de Green Arrow es anterior a estas dos obras citadas. 

Finalmente también se muestra lo difícil que es ser y actuar como héroe con todas las de la ley, lo difícil que es jugar limpio contra personas que no se mueven por esos códigos, donde el ser un enmascarado no sirve para denunciar, incluso jefes mafiosos se dan el lujo de eliminar evidencias en forma descarada delante de él y reírse en su cara, donde a muchos les quedará la duda si es mejor buscar justicia por la vía legal, que muy probablemente no llegará o ir por el camino que toma Shado , a través de ejecuciones precisas y efectivas para matar al enemigo, aunque con la angustia de saber que su lugar será rápidamente ocupado  por personajes de peor calaña.

En mi opinión Green Arrow: el Cazador Acecha es una muy buena obra que refleja acertadamente el tono oscuro que se le buscó dar a los superhéroes de aquellos años. Aunque mi sensación es que lamentablemente no destacó tanto al lado de otras obras más reconocidas. Incluso es tal como leí alguna vez: si este mismo relato, sin cambiarle una coma, hubiese sido firmada por algún otro autor de renombre de esos tiempos, sería considerado otra obra maestra de finales de los ochenta.
 











miércoles, 1 de febrero de 2017

Stan Lee - En su propia pluma II

Segunda parte de esta entrevista de Stan Lee publicada originalmente en el año 1977, en la revista Quest. Para muchos historiadores y fans de los cómics, este documento es una muestra de la tendencia de Lee de crear una mitología en torno a su persona, de magnificar sus logros y negar la influencia de otros creadores en sus ideas. Sin embargo, el artículo se refiere más a la vida de Stan, su primer contacto con el negocio editorial, el insipiente mundo de los comic-books a finales de los años 30, distintas anécdotas sobre la sociedad y la cultura de la época, y como ésta fue evolucionando, en torno a los comics, durante más de tres décadas. La figura de Stan Lee, y por añadidura Marvel Comics, es fundamental para entender la evolución del comic book desde simplemente un artículo para pasar el tiempo, desechable, hasta su resurgimiento gracias a la era marvel a principios de los 60's, en los que el cómic se convierte en un artefacto cultural y popular relevante.

Excelsior!!
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CÓMO INVENTÉ A SPIDERMAN - PARTE II
por STAN LEE

Cuando tenía alrededor de 10 años, solía leer una revista pulp llamada THE SPIDER (La Araña), y cuyo subtítulo era "MASTER OF MEN" (Amo de los hombres) Quizás fue este subtítulo el que me llamó la atención, pero para mi manera de pensar pre-adolescente e impresionable, The Spider era el personaje más dramático que yo hábía conocido. Estaba justo al nivel de DOC SAVAGE y THE SHADOW. Incluso mejor, como no era tan conocido como estos otros, me daba la sensación de que sus fans pertenecían a una especie de club secreto. Así, cuando buscaba un nombre para el título de nuestro nuevo súper-héroe, recordé mi viejo pulp favorito ---- y el nombre Spider- Man de inmediato tuvo sentido. No me importó tomar prestado parte del nombre de The Spider, ya que todos los otros aspectos de nuestro personajeserían completamente diferentes. Estaba determinado a hacer que nuestra nueva creación fuera la más original y nuestro personaje el más único que hasta el momento se hubiera presentado en los comics.

Incluso al hombre que escogí para ilustrar las aventuras de nuestro lanzador de redes representaba un cambio frente a las tiras de súper-héroes usuales. Steve Ditko era tan buen artista, dibujante y planeador gráfico como uno pudiera encontrar. En vez de ilustrar criaturas fantásticas, con músculos saliéndoles de los músculos, Steve podía dibujar personajes que se parecían a cualquier hijo de vecino. Cuando la típica tira de súper héroes era exagerada y excesiva, el arte de Ditko era sútil y relajado. Era justo lo que yo quería. Era vitalmente importante para mi que Spider-Man fuera el tipo de personaje con el que una persona cualquiera pudiera identificarse. Y estaba seguro que el arte atípico y alejado de los clichés de Steve podría lograr esto. 



Mientras más profundizaba bajo la piel de Spidey para descubrir qué era lo que lo hacía actuar, más me daba cuenta de lo vergonzosamente banales que habían sido los cómics de las décadas pasadas, en términos de caracterización. Los así llamados "tipos buenos" eran invencibles, infalibles y triunfaban totalmente al final de la historia. Los "tipos malos" era siempre ruines, letales y eran irrevocablemente erradicados al momento en que se bajaba la cortina final de la historia. Los tipos buenos hablaban líricamente. Los tipos malos gruñían. Los tipos buenos eran puros de corazón, orgullosos y apasionadamente patrióticos. Los tipos malos eran cobardes, aprovechadores y malos hasta el hueso. Los héroes estaban a un paso de la santidad, mientras que los malos no tenían ninguna cualidad que los redimiera. Disparates! Apuesto que incluso Atila el Huno era bueno con su madre; y Albert Schweitzer probablemente roncaba cuando dormía.

Y así nació otro maravilloso concepto de Marvel. Nuestros villanos ya no serían necesariamente el epítome del mal encarnado; nuestros héroes no sólo tendrían los pies, sino también las pantorrillas y las piernas de barro. Pero cómo podría el lector saber qué era lo que los motivaba? Después de todo, sus diálogos usualmente se limitaban a "Tengo que detenerlo antes que capture a Buckey" o "Gran Scott! Es una criatura de otro planeta" La solución era obvia: darle al lector la chance de meterse en la cabeza de los personajes - enfatizar la reflexión y los pensamientos tanto como los díalogos. Aquellos de ustedes que ya se han introducido en el saber de Marvel, que han seguido fielmente las aventuras de nuestro asombroso arácnido, conocen bien nuestra preferencia por los globos de pensamientos, siempre que tenemos el más pequeño espacio vacío en alguno de nuestros paneles. Nuestros personajes conversan tanto consigo mismos, hacen tantos soliloquios, que incluso Hamlet parece un lunático extrovertido a su lado. Nunca antes los comics habían mostrado tanto interés por la instrospección; tan agonizantes reafirmarciones internas, por parte de héroes y villanos; tal irrefrenable búsqueda de la verdad, entendimiento y motivación básica.

Así, por primera vez, las historias de los comic-books comenzaron a ser escritas con la misma preocupación por el discurso y la caracterización que las películas del cine, las novelas o las obras de teatro. No quiero dar a entender que el resultado final haría que Ibsen se pusiera celoso. Todavía escribimos para un mercado masivo y luchando por sacar doce páginas al día. Pero estábamos tratando - y estábamos bien encaminados.



Allí afuera habían varias voces de perdición. No puedo decirles cuantas veces escuché, de aquellos que eran más "viejos, sabios y que habían estado en el negocio por más tiempo que nosotros", cómo mi inocente cruzada para actualizar los comic-books traería el colapso total de nuestra pequeña y valiente compañía, si no también de toda la industria. Todavía puedo escuchar sus voces - sabias, persuasivas, implacables.....

"¿Acaso estás loco? Los comics son para niños. Para niños pequeños!!"

"No puedes hacer comics para satisfacer tus propios gustos. Perderás a toda tu audiencia!!"

"Ellos sólo quieren mirar los dibujos. Dales cualquier cosa que requiera lectura real y estás acabado!!"

"No arruines lo que tenemos. No seas estúpido y destruyas lo bueno que hemos conseguido"


Pero logramos mantenernos en nuestro camino. Seguimos escribiendo e ilustrando historias de Spider-Man que mostraban situaciones sorpresivamente realistas, motivaciones cuidadosamente construidas y el diálogo más agudo que yo pudiera inventar. Una de mis estrategias preferidas era el viejo "Que pasaría si...." Qué pasaría si Spider-Man, al estar luchando por su vida contra algún letal villano, se viera aquejado derepente por un ataque de alergía o fiebre? Que pasaría si tuviera que salir a toda carrera a medianoche para ponerse su traje y salvar a la humanidad, pero su Tía May no lo quiere dejar salir por una tormenta que se avecina y él está recién saliendo de un resfrío? Qur pasaría si Spidey recibiera un enorme cheque como recompensa por aprehender a un ruin villano, pero no pudiera cobrarlo porque está a nombre de Spider-Man y él no tiene una cuenta de banco a su nombre ni tampoco tiene ninguna manera de identificarse sin revelar su identidad secreta? Por primera vez en años, los comics empezaban a entusiasmarme de nuevo.

Luego de las primeras historias de este tipo, sentí que realmente empezaba a conocer a nuestro amistoso vecino lanza redes. Llamarlo Spidey parecía tan natural como llamar a mi esposa Joanie. Escribir sus diálogos era ridículamente fácil; simplemente lo dejaba hablar tal como hablaba yo. Gran empatía, cierto? Cuando Spidey se metía en un embrollo, sólo pensaba qué habría dicho o hecho yo en ese mismo predicamento, y listo - ya tenía mi diálogo y mi curso de acción. Pero siempre he intentado mantenerlo en la perspectiva correcta. Nunca he intentado subirme a una pared o balancearme de los rascacielos. 

Pero qué hay de los lectores? Qué impacto tuvo el ampliamente anunciado (principalmente por nosotros) "Estilo Marvel" en las hordas difíciles de satisfacer de fanáticos de Spider-Man? Me alegro que pregunten.

The Amazing Spider-Man comenzó a venderse a comienzos de 1963. Antes de eso, estábamos vendiendo alrededor de 17 millones de comic-books al año. En 1964, liderados por la increíble popularidad de Spider-Man, vendimos 28 millones. Para 1968 vendimos 49 millones de copias al año. El año pasado (1976) todavía con Spider-Man liderando nuestra plantilla de personajes, Marvel Comics vendió más de 70 millones de comics y nuestras ventas siguen creciendo. En todo el mundo, Spider-Man vende más de 800,000 copias que Superman. Para mi, el resultado más gratificante de este nuevo acercamiento fue el impresionante cambio de la audiencia que lee comics. El rango de edad de nuestros lectores - previamente de 6 a 13 años - repentinamente aumentó a estudiantes universitarios e incluso más. De hecho, las ventas de comics adicionales provenían principalmente de lectores mayores, y la belleza de todo era que habíamos ganado estos lectores sin perder a los más jóvenes. 

Parece ser que Spider-Man, y otros títulos de Marvel Comics, estaban siendo aceptados y disfrutados en varios niveles. Para los lectores más jóvenes habían trajes coloridos, acción, fantasía, emoción y aventuras que eran más grandes que la vida misma. Para los nuevos lectores más grandes, habían argumentos y sub-argumentos inesperadamente sofisticados, un vocabulario de alto nivel, sátira, ciencia ficción y la mayor cantidad de conceptos filosóficos y sociológicos que pudiéramos sacar del sombrero. En el comienzo, la sátira no era completamente intencional. Simplemente trataba de imaginar qué pasaría si alguien con poderes súper humanos realmente existiese y viviera - por ejemplo - en Forest Hills, Nueva York. Luego, tratré de confrontarlo con problemas y situaciones de la vida real. Pensaba que estaba haciendo comics realistas; los lectores más adultos pensaban que estaba haciendo sátira. Si ellos querían llamarlo sátira, quién era yo para contradecirlos?

Me maravillaba también el descubrir que nuestros lectores más jóvenes no se desanimaban por el tipo de vocabulario que se utilizaba, que era más elevado. Parecía como si ellos absorvieran los significados de palabras como cataclísmico, misantrópico, subliminal o fantasmagórico. De hecho, recibíamos cientos de cartas de asombrados padres que nos decían "La habilidad lectora de Johnny ha mejorado en un 100 por ciento, igual que sus deberes escolares - especialmente gramática y composición - desde que empezó a leer los comics Marvel!" 

Desde la década pasada que he estado viajando por el país exaltando las virtudes de la Spidermania en los campus de virtualmente cada college y universidad, desde Portland hasta Phoenix, desde Seattle a Saratosa. Se asombrarían del tipo de preguntas que recibo, preguntas que van desde "Cómo puede ver Spider-Man a través de esos paneles opacos en su máscara?" hasta "Filosóficamente, cómo se pone en la balanza el síndorme de culpa de Spidey con sus tendencias maniaco depresivas y su hiper neurótica extraversión?" Y estas ni siquiera son las más complicadas! Más allá del lenguaje y el dibujo para adultos, parece haber algo acerca de Peter Parker y su alter ego disfrazado que encantan a sus millones de admiradores, incluyéndome a mi. Déjenme esbozar una teória de por qué Spider-Man ha disfrutado una popularidad tan grande y vasta en todos estos años.

Es muy seguro asumir que tú y yo tenemos una cosa en común con el resto de la humanidad. Por muy atractivos, deseables y cautivadores que seamos, todos tenemos cierto nivel de maliciosidad - sólo lo justo para hacernos interesantes. Podemos querer genuinamente a nuestros amigos; podemos respetar y admirar a un gran número de personas, deseándoles lo mejor en todo lo que hagan pero incluso así no queremos que tengan tanto éxito. Si a un amigo cercanos o a un familiar le va bien, nosotros nos alegramos. Pero si le va mucho mejor que a nosotros, realmente no nos molestaría que se encontrara un bache en el camino de vez en cuando. Realmente no queremos que alguien sea mucho mejor, más rico, más atractivo, inteligente o suertudo que nosotros. Por lo menos no tanto. De hecho, si alguien que queremos puede ser un perdedor de vez en cuando, es generalmente más fácil que el amor florezca y crezca. Nada crea un afecto más genuino y duradero que el saber que el otro es un poco - sólo un poquito - inferior a nosotros. 



Bueno, así pasa con Spider-Man. Con todo su poder, cerebro y fama, el pobre chico tiene muchos más problemas, muchos más baches en el camino que un tipo normal como uno. Cuando se leen sus extrañas y maravillosas aventuras, incluso cuando nos asombramos con sus poderes sobre humanos, nos encontramos teniéndole lástima, simpatizando con cualquiera que pueda tener tantos problemas y mala suerte como él. Seguro, es un súper-héroe. Seguro, es un ejército de un sólo hombre. Seguro, es prácticamente indestructible. Pero uno está mucho mejor que él. Nosotros podemos manejar las pequeñas vicisitudes de nuestras vidas mucho mejor de lo que él lo hace. Incluso cuando a él se le considera un leyenda viviente, nosotros podemos sentirnos superiores a él. Ahora, cómo evitar amar a un tipo como ese? 

Y después de todo eso es lo que Spider-Man nos está diciendo sobre nosotros mismos y el tiempo en el que vivimos. Incluso cuando está de moda lamentarse por nuestra falta de héroes - la desaparición de nuestros Joe DiMaggios o Winston Churchills- es muy posible que la era de los héroes más grandes que la vida misma haya pasado para siempre. Nos hemos puesto muy sofisticados. Nos hemos vuelto muy cínicos. Los sucesos de las últimas décadas pasadas nos han vuelto suspicaces, nos han hecho dudar de nuestros líderes, nuestras figuras públicas, nuestros políticos. Qué pasó con el tiempo en el que podíamos llamar a nuestros políticos "estadistas", sin sentirnos ridículos?

Todos nuestros Vietnams, Kent States y Watergates nos han pasado la cuenta. No es que no queramos héroes. No es que no busquemos a alguien a quien imitar, admirar, idolatrar. Pero hasta que las ondas de choque de nuestro pasado reciente no hayan pasado, y finalmente estemos preparados para creer otra vez, nuestros héroes deberán ser de otros moldes. Tendrán dudas y serán falibles. No serán ni mejores ni peores que nosotros. Hemos soportado mucho y no dejaremos que nos hieran de nuevo.

Así que brindemos por Spider-Man. Brindemos por una nueva raza de súper héroes. Él nunca nos va a desilusionar porque nunca hemos esperado mucho de él. Podemos entenderlo y simpatizar con él. Y si es que sus poderes son mayores que los nuestros, también lo son sus problemas. Él es nuestro tipo.


Nuff Said!!

Entrevista disponible en:

 http://kirbymuseum.org/blogs/dynamics/2011/08/27/how-stan-lee-invented-spider-man/