lunes, 25 de julio de 2016

Clásicos DC: JSA

Clásicos DC: JSA

Un acercamiento a la Edad de Oro



Hace poco tuve la oportunidad de comenzar a leer la colección editada por Planeta Clásicos DC: JSA y quedé gratamente sorprendido. Esta colección, a pesar de haberse empezado a publicar en 1981, narra las aventuras de los hombres de misterio y los primeros súper héroes durante los años 40-42 en tierra 2, la tierra de la Sociedad de la Justicia; es decir, transcurre durante los años previos al ataque a Pearl Harbor y la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

A pesar del título, el cómic narra principalmente las aventuras de otro grupo, el All-Star Squadron, que, sin embargo, está íntimamente ligado a la Sociedad de la Justicia y al universo DC de la época. La colección, creada por Roy Thomas, reúne a una gran cantidad de héroes de los años 40, algunos de DC y otros de otras editoriales que con el tiempo fueron adquiridas por esta compañía, como Quality Comics o Fawcett. Las primeras historias explican por qué los héroes no pudieron evitar el bombardeo a aquel puerto de Hawái o recuperan a algún héroe o villano enmascarado que había desaparecido o cuya historia no había sido suficientemente bien explicada.

Lo interesante es que muchos de estos personajes habían sido olvidados desde que la moda de los súper héroes pasó (a mediados de los 40’s y principios de los 50's) y Thomas, un amante de las historias y los personajes clásicos, además del discípulo más aventajado de Stan Lee, los recuperó para elaborar grandes sagas con aroma a clásico.




Algo de historia

Las andanzas de la Sociedad de la Justicia de América comenzaron en el año 1940, en el número 3 de la colección All Star Comics, que por ese tiempo era publicada por la All-American Publications, una antecesora de Dc Comics. La idea de esta colección era reunir en un grupo a distintos personajes que por ese entonces se desenvolvían por separado, potenciando con esto las ventas: Alan Scott, el linterna verde original, y el Átomo aparecían regularmente en la colección All-American Comics (1939 y 1940, respectivamente); el velocista Jay Garrick y Hawkman en Flash Comics (1940); el Espectro y el Dr. Destino en More Fun Comics (1940) y el Sandman y el Hour Man originales en Adventure Comics (1939). Otros héroes se irían uniendo con el tiempo: Johnny Thunder ( Flash Comics, 1940), el Starman original (Adventure Comics, 1941) y Wonder Woman (Sensation Comics, 1942)

Hay varias portadas fantásticas realizadas por el maestro Joe Kubert


La colección original de la Sociedad de la Justicia continuaría hasta principios de los años 50, en los que la popularidad de los súper héroes decayó. Posteriormente, a mediados de los 70’s, se recuperó la colección gracias a Paul Levitz, continuando la numeración original. En este período se incluyeron personajes como Power Girl (1976) y la cazadora original (Helena Wayne de tierra 2, 1977) Sin embargo, debido a los cambios en los gustos de la época, la serie fue terminada, y sus historias, como la célebre  muerte del Batman de tierra 2, se continuarían en otras colecciones.

La llegada de Roy Thomas

Roy Thomas es muy conocido por ser el heredero y discípulo de Stan Lee en las mayores colecciones de Marvel: Los Vengadores, los X-Men, Spiderman y Conan el Bárbaro. Thomas era conocido por su amor a las historias de la Edad de Oro, y especialmente por sus trabajos de “retro continuidad”, esto es, complementar en el presente hechos o historias del pasado. Este recurso es muy útil al momento de arreglar problemas de continuidad o en los argumentos de historias que se habían escrito hace muchos años atrás. Así, arribando a DC a finales de la década del 70, Thomas recupera a la Sociedad de la Justicia. Sin embargo, en vez de continuar la numeración desde donde la había dejado Paul Levitz, decidió crear una colección nueva, basada en personajes menores que giraran en torno de los grandes personajes de la Edad de Oro. Así, en 1981, nace el All-Star Squadron, que en su primera saga reúne una gran serie de héroes olvidados para rescatar a la Sociedad de la Justicia, que se encontraba prisionera del villano temporal Per Degaton. Al mismo tiempo, Thomas recupera una serie de villanos que no se habían utilizado desde los 40’s, revitalizándoles y dándoles nuevas posibilidades de brillar.




El Escuadrón

Lo más interesante de estas historias es el desfile de personajes que atraviesan sus páginas. Desde los más conocidos como Superman y Batman, hasta los más oscuros, como Air wave, La Abeja Roja o Medianoche, un homenaje al Spirit de Will Eisner. En la primera historia, que sirve como introducción, en un estilo clásico de Thomas, se presentan a los integrantes del grupo, todos de la edad dorada de los cómics books: Dr. Mid-Nite (All American Comics, 1941) el Átomo, Plastic Man (de Quality Comics, obra del grandioso Jack Cole, aparece por primera vez en Police Comics, de 1941) el velocista Johnny Quick (More Fun Comics, 1941), Liberty Belle (Boy Commandos, 1943), Hawkman y el Robot Man original (Star Spangled Comics, 1942) La misión de este equipo es liberar a los miembros de la Sociedad de la Justicia de las garras de Per Degaton, un villano que utiliza el tiempo como arma y que ha reclutado villanos de distintas eras: Solomon Grundy, el mago Wotan, el Pirata de los Aires, el Rey Abeja y el profesor Zobar Zodiak. En el transcurso de la historia se van uniendo otros personajes: El Caballero Brillante (miembro de otro grupo de los 40’s, Los 7 soldados de la victoria) Danette Reilly, hermana del héroe de la edad de oro Firebrand, que adquiere poderes de fuego; Tarántula, un héroe pulp que en sus inicios utilizaba un traje similar al de Sandman; y el Comandante Steel, un héroe con un cuerpo biónico.


Reunión de todos los grandes héroes clásicos: la JSA, los 7 Soldados de la Victoria y el All-Star Squadron de Tierra 2.



Luego de vencer a Degaton y de rescatar a los miembros de la JSA, el escuadrón comienza a vivir aventuras propias que van subiendo de intensidad hasta lograr momentos realmente memorables. De especial interés son los anuales, en los que se recuperan personajes como El Guardían (de Jack Kirby), o historias en las que participan la Dama Fantasma (una de las primeras mujeres de misterio de los comics) o Sargón el Hechicero, que apareciera por primera vez en 1941. Hay muchas sagas memorables, como “Crisis en Tierra Prima”, un crossover junto a la JSA y la Liga de la Justicia; “Crisis en tierra X”, en la que regresan los Luchadores de la Libertad (Tío Sam, la Bomba Humana, el Cóndor Negro, el Hombre Muñeco y el Rayo)  para combatir en un mundo en el que la segunda guerra mundial no ha terminado; o el regreso de la familia Marvel, especialmente la batalla en la que se enfrentan Superman y el Capitán Marvel sobre los cielos de Europa, durante la batalla de Gran Bretaña.

En general una excelente colección, llena de nostalgia y momentos clásicos.





La mayoría de los personajes utilizados en la colección habían pasado al olvido luego de la moda de los súper héroes y pertenecían a editoriales como Quality Comics.




Todas las imágenes pertenecen a sus autores y son utilizadas sólo con fines de difusión.




domingo, 24 de julio de 2016

Stan lee - En su propia pluma ( I )

Hasta el momento había estado subiendo trabajos originales, pero hoy quiero detenerme en un artículo en inglés que encontré hace un tiempo en la web. Se trata de un ensayo escrito por Stan Lee titulado "How I invented Spiderman" (Cómo inventé a Spiderman) publicado en el año 1977 por la revista QUEST , en su edición de Julio-Agosto. Lo interesante de este artículo es que, en primer lugar, Stan "the man" cuenta con sus propias palabras cómo fue su llegada al mundo de los comics, sus primeros estudios y trabajos, sus intereses, sus sueños. Actualmente Lee es una figura mítica, de más de 90 años, involucrado en un sin fin de proyectos y resulta difícil separar el mito de la realidad. Por eso este trabajo, realizado cuando ya se ha convertido en el editor general de Marvel y su rostro más conocido, resulta interesante, pues pasa a formar parte de su leyenda que, hasta cierto punto (y como también se menciona en el artículo) ha sido auto construida.

En segundo lugar, quise traducirlo porque a partir de sus experiencias y su propia vida, Lee refleja los momentos más importantes de la historia del comic book: desde fines de los años 30' (la edad de Oro) pasando por el periodo de entre guerras de los 50, hasta la era Marvel de los 60's; pero además muestra los cambios de la cultura popular de Estados Unidos en estas épocas y cómo el cómic book pasó de ser un simple medio de evasión para niños, efímero y desechable, a un vehículo para mostrar ideas más trascendentes, convirtiéndose en un artefacto indiscutible de la Americana: objetos relacionados con la geografía, la historia, el folklore y la herencia cultural de Estados Unidos. 

Para la traducción tomé ciertas libertades para hacerlo más inteligible a nuestro lenguaje y sus usos. En ciertos casos he colocado referencias para explicar algunos términos del slang o lenguaje popular estadounidense.


Stan "The Man" Lee, año 1975





-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

 Cómo inventé a Spiderman

Todo escritor de Comic Books necesita una esposa inteligente

Por Stan Lee

En caso que hayan estado viviendo fuera del sistema solar, y por lo tanto no hayan escuchado de Spiderman, déjenme presentarlo de la manera menos dolorosa posible. El Asombroso Spiderman, para usar su título completo, aparece en la portada de 6 millones de comic books al año y juega un papel importante en otros 10 millones. Más allá de los comics, aparece en todas partes; desde juguetes, a poleras y en la televisión. Es una celebridad no sólo en Estados Unidos sino también en Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, España, Suecia, Canadá, México, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Indochina y en la mayor parte de Sud América. Es, de hecho, el héroe de fantasía más popular del mundo -  y también el que mejor vende.

Ahora que más o menos hemos establecido su nivel de fama, exploremos cómo pasó y, mucho más importante, qué significa – principalmente para que aprendamos un poco más sobre nosotros mismos.

Para esto, me han pedido que les cuente algo sobre el tipo que supuestamente lo comenzó todo – ese sería yo.

A diferencia de la mayoría de los New Yorkinos, que vienen de alguna otra parte, nací justo en el medio de Manhattan. Asistí a la De Witt Clinton High School y, en mi tiempo libre, fui miembro de la rama de Washington Highs del WPA Federal Theatre. Me encantaba actuar. Siempre fui un ham * (expresión en inglés que se refiere a un mal actor que interpreta sus roles de forma exagerada, o bien alguien que disfruta actuando pero que lo tiende a hacer de forma exagerada cuando otros lo observan) Pero la actuación no pagaba las cuentas, y como mi padre formaba parte de la legión de desempleados de ese tiempo, tuve que situar mi ambiciosa aspiración en otra parte.

Mientras completaba mi último año en High School, me transformé en el acomodador de teatros más inepto del mundo, cuya mayor anécdota de fama fue haberle mostrado el asiento a Eleanor Roosevelt en el teatro Rivoli, y sufrir la indignidad de que ella me ayudara a levantarme luego que me tropezara con las piernas de alguien, mientras el administrador del teatro y la mitad del servicio secreto del país me observaban. Desde aquella debacle pasé a un trabajo escribiendo obituarios de gente famosa para un servicio de noticias, de manera que lo tuvieran listo para imprimir cuando dicha persona falleciera. Al poco tiempo me entró depresión al tener que escribir sobre gente viva en tiempo pasado, así que abandoné lo que podría haber sido mi plataforma para una gloriosa carrera en el periodismo. Luego de varios trabajos part-time que no vale la pena recordar, como escribir publicidad para un hospital (nunca estuve seguro qué era lo que estaba promocionando: “Este hospital lo curará más rápido que otros hospitales” “Nuestro doctores son más seguros que los de ellos”) llegué a un punto de inflexión en mis 16 ½ años de vida.

Por aquellos días el Herald Tribune  de Nueva York llevaba a cabo una competencia semanal de ensayos abierta para todos los estudiantes de high school. Se llamaba “The Biggest News of the Week Contest” (Concurso de las Mayores Noticias de la Semana) y su propósito era, como se podría esperar, escribir el ensayo más cautivador posible en más o menos palabras, sobre lo que uno consideraba el evento noticioso más importante de la semana anterior. Ya sea porque nadie más participó o porque yo era un Walter Cronkite en potencia (probablemente lo primero), gané tres semanas seguidas. Uno de los editores me llamó para pedirme que dejara de enviar ensayos y “le diera a otro la oportunidad.” Si es que no había hecho hasta el momento un compromiso de por vida, debería considerar convertirme en escritor, me dijo.

En ese momento, el largo brazo de la coincidencia se hizo cargo. En las siguientes horas supe de una oferta de trabajo en una compañía que publicaba comic books. En esos días se llamaba Timely Comics. Se necesitaba un “gofer”* (expresión en inglés para una persona cuyo trabajo es hacer pequeñas, y generalmente aburridas, tareas para otras personas; una especie de estafeta o junior) para apoyar en algunas tareas: leer textos para buscar errores, hacer copias, contestar cartas e ir a buscar café y sándwiches. Postulé y me dieron el trabajo. No mucho tiempo después, el editor y el artista principal dejaron la compañía y me preguntaron si creía que podría cubrir el puesto de editor hasta que encontraran a otra persona. Con 17 años, no se me habría ocurrido algo mejor. Aparentemente nunca encontraron un reemplazo y he estado aquí desde entonces.

En las últimas tres décadas he tenido los puestos de Editor, Director Artístico y Escritor Principal. Luego, en 1972, fui nombrado Editor general de lo que hoy se conoce como Marvel Comics. Aunque nunca cumplí mis sueños de convertirme en un actor, he encontrado el suficiente temperamento, talento y teatralidad en el increíble mundo de los comics books para hacer que todo valga la pena.

Ahora de vuelta a Spiderman y a los eventos que llevaron a su creación.

En su propia y simplista manera, los comic books han reflejado el tenor de sus tiempos. A finales de los años 30 y principios de los 40, coloridos héroes pulp como el Capitán América y el Capitán Marvel casi habían acabado ellos solos con las fuerzas del fascismo, a juzgar por las variopintas portadas de sus magazines mensuales. Luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando el público ya estaba saciado de las historias de dictadores maníacos, los comic books se volcaron a las historias de Western, crímenes y monstruos. Por un breve periodo, durante el comienzo de los años 50, cuando la nación disfrutó de una pausa ilusoria entre crisis, los cómics que más vendían mostraban las inocentes peripecias de los animales animados creados por Walt Disney, Paul Terry, Walter Lanz y otros más.

En 1961, algo sucedió. Por primera vez dentro de la memoria popular parecía que no había una tendencia especial en el campo de los comics books. Ningún título o grupo de títulos parecía excitar a los lectores. Estos todavía compraban comics – los chicos siempre lo harán – pero sin ningún entusiasmo discernible. Incluso los títulos de súper héroes, una marca dentro de la industria, veían sus ventas declinar y parecía que no iban a ninguna parte.

A primera vista, esto no tenía sentido. Todos decían que era el tiempo de los héroes. La juventud de América se había inspirado en John Kennedy y la visión de Camelot; astronautas y cosmonautas realizaban hazañas increíbles mientras competían por la supremacía del espacio. Era un tiempo para conceptos provocadores, para gestas más grandes que la vida misma – un tiempo en el que los súper héroes de los comics debieran estar vendiendo más que nunca. Pero entonces, ¿qué iba mal?

Personalmente, yo estaba aburrido. Tenía 20 años de escribir y editar comics a cuestas. Veinte años de “¡¡Tomen eso, ratas!!” y “¿Así que quieres jugar, eh?”. Veinte años de preocuparme si una oración o frase estaría por sobre las capacidades de un lector de ocho años. Veinte años de tratar de pensar como un niño. Y entonces, una exclamación casual de mi esposa provocó una revolución en los comics comparable a la invención de la rueda. Dieciocho simples palabras, electrificantes por su elocuencia y por su importancia para el futuro. Cada sílaba se encuentra grabada en mi memoria:

“¿Cuando vas a dejar de escribir para niños y vas a comenzar a escribir historias que tú mismo disfrutarías leer?”

Fue una pregunta casual, expuesta de forma casual, pero realmente me remeció. Me hizo darme cuenta que hasta el momento no había escrito nada para mí. Por dos décadas insatisfechas me había estado vendiendo, sublimando cualquier habilidad literaria que pudiera tener en un doloroso esfuerzo por escribir para adolescentes babeantes y semi-cretinos. 

“¡Nunca más!”, grité. “Nunca más haré historias para las masas sin rostro y sin nombre, para los “otros” de allá afuera. De ahora en adelante escribiré para una audiencia de uno; una audiencia que no tendré problema en satisfacer, dado que se exactamente lo que a me gusta.”

Cuando llegó el momento de crear un súper héroe adolescente para Marvel Comics, decidí representarlo como un torpe muchacho de la vida real, quien por algún milagro había adquirido un súper poder. Tendría que ser inseguro, inepto, desgarbado y estar constantemente desconcertado y fuera de lugar frente a los que lo rodean. Sería mi tipo de adolescente. Un perdedor. Un schlepp* (expresión del inglés para una persona torpe, que se desenvuelve de forma lenta y sin cuidado) Tal como yo lo había sido cuando joven. Y sé que si yo hubiera adquirido un súper poder cuando era adolescente, el único cambio habría sido que ahora sería un schlepp con súper poderes.

Después de todo ¿quien dijo que fuerza extra, o talento o habilidad tiene que hacer de un tipo un ganador? Si de repente ganarás la fuerza muscular de 100 hombres… Ok, serías capaz de levantar grandes pesos y ganarle un gallito a King Kong; pero eso no significa que ya no tendrías que preocuparte de la caspa, el acné o los hemorroides, ¿cierto? Y supón que pudieras moverte por las paredes y el techo como una araña humana. ¿No seguirías preocupándote por los resfríos, las verrugas o los problemas de la psoriasis? ¿No seguirías teniendo problemas para hacer rendir tu presupuesto o hablar con una chica a la que no le gustan los trepamuros disfrazados?

Mientras más pensaba en ello, más rápido me llegaban las ideas. Seguro, seguía escribiendo comic books sobre súper héroes extraños y tomados de los pelos, pero de repente me di cuenta que estaban empezando a gustarme. Se había añadido una dimensión extra. Ahora estaba tratando con personajes como la Antorcha Humana, un joven molesto y extrovertido capaz de explotar en llamas y volar como un pájaro gracias a que su cuerpo encendido se volvía más liviano que el aire; Mr. Fantástico, un científico brillante y egocéntrico con la habilidad de alargar su cuerpo como un pedazo de elástico; La Cosa (The Thing) un ser monstruoso con un temperamento que hace juego con su fuerza súper humana, la que sólo es superada por la popularidad que tiene con los fans; y la Chica Invisible, la prometida de Mr. Fantástico, cuya famosa habilidad es exactamente la que insinúa su nombre. Además de los 4 fantásticos, que luchan por la justicia y la compensación monetaria, estaba también el Increíble Hulk, el mortal más poderoso de la tierra. Sus características incluyen una piel verde y pesar cerca de 700 libras. Tan improbable como suenan, estaba intentando colocar estos personajes fantásticos en el mundo real, tratando de darles rasgos humanos y reacciones creíbles; tratando de combinar conceptos de cuentos de hadas con la realidad mundana, y los resultados realmente me engancharon. Estaba haciendo lo que Jeannie, mi esposa, me había sugerido. Estaba escribiendo historias para mí, tratando de lograr el sentimiento y el estilo extravagante e irreverente que me había atraído de autores como Mark Twain, Bernard Shaw y si, Woody Allen.

Pero más que todo, quería hacer a Spiderman. 

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------




Este artículo ha sido traducido sólo con fines académicos y de difusión, y pertenece a sus autores o a quienes lo publicaron.


viernes, 15 de julio de 2016

Conspiración en el Universo Marvel




Hace un tiempo encontré este comic y me llamó mucho la atención.  Primero, porque jamás lo había visto o escuchado de él. Segundo, porque al buscar por internet encontré muy poca información sobre esta obra, casi como si no existiera, y la que había era extraña: rumores sobre escritores fantasmas, artistas que se atribuían su autoría después de años de publicada, el interés por utilizar personajes y hacer referencias oscuras a los años 50 y 60 de los comics en un contexto de retro continuidad; todo parecía relacionarse con el título y contribuir a generar una atmósfera de paranoia en torno a este comic. También parecía extraño que una editorial haya escogido un trabajo tan aislado para ser publicado, sobre todo porque para este entonces (1998) los "autores", Dan Abnett e Igor Kordey, eran relativamente desconocidos para el público español.

Sin embargo, la mayor sorpresa me la llevé al leerlo: la historia y el arte son excelentes; el argumento atrapa desde el principio y a medida que se desarrolla crece en intensidad y no decae hasta el final; tiene muchos giros y referencias a la historia del universo marvel; y, por sobre todo, es un relato que se mantiene totalmente frente al paso del tiempo. Veamos por qué.

Un poco de historia

Lo primero que me llamó la atención fue el arte, pues de cierta forma recuerda el estilo utilizado en Marvels, de Busiek y Ross. En su momento, este estilo artístico realista se utilizó como un recurso para prestarle credibilidad a dicha obra, al mostrar los prodigios bajo un prisma de  verosimilitud, y en este caso funciona de la misma manera. Vale la pena mencionar también que con la aparición de Marvels en 1994 se produjeron una serie de iniciativas en la editorial para presentar los acontecimientos más característicos del Universo Marvel, sus héroes y villanos, bajo una mirada más naturalista o realista. Distintos equipos artísticos produjeron series de variada calidad, algunas más interesantes que otras; quizás las más destacadas sean Código de Honor o Marvels: El ojo de la cámara. En este sentido, Conspiración Marvel ocuparía, por su temática, un lugar intermedio entre el asombro de Marvels y la oscuridad de Ruinas.


Relacionado con lo anterior, una de las mayores problemáticas que dejó la época moderna de los comics, es decir, aquellos trabajos que se realizaron desde mediados de los 80’s en adelante, posterior a Watchmen y al Regreso del Caballero Oscuro, es la necesidad, por parte de los equipos artísticos, de explicar en mayor o menor medida lo que ocurre en el comic book o el sentido del mismo, de sus personajes o su historia. En general, las historietas de la edad de Oro y Plata eran realizadas de una manera mucho más directa, concentrándose más en la generación y resolución de conflictos que en la manera misma en que éstos se desentramaban o solucionaban.


Ha estado la historia del Universo Marvel influenciada por tapaderas y encubrimientos?


Ciertamente existieron excepciones a este modo de hacer historias, especialmente en Marvel, pero normalmente muchas situaciones quedaban sin explicación y se les atribuía un origen que abarcaba muchas posibilidades (por ejemplo radiación, magia, elementos extraterrestres) o bien las situaciones simplemente se solucionaban solas, “porque sí”. Los cambios culturales de los 60’s y 70’s modificaron también los intereses de los lectores, y un nuevo grupo de autores y artistas comenzó a dar respuesta a lo que anteriormente había quedado sin explicación. Así, aparecieron muchas historias dedicadas a llenar vacíos en la continuidad o para agregar elementos al pasado de personajes con la idea de actualizarlos o hacerlos más interesantes. Es en esta tendencia, también, en que se enmarca la historia la Conspiración Marvel.

El Universo Marvel y la paranoia

“Si el gobierno es lo bastante poderoso para darte todo lo que quieres, entonces es lo bastante poderoso para quitarte todo lo que tienes”

La premisa de esta historia podría resumirse en la siguiente frase: ¿Qué pasaría si existiera una organización lo bastante poderosa como para haber manipulado el destino de héroes y villanos a través de su creación o nacimiento? ¿Qué sucedería si el suero del súper soldado, la araña radioactiva, la bomba gamma, los rayos cósmicos, las explosiones, los químicos que se mezclan, etc. no hubiesen sido accidentes sino actos provocados por un grupo de gran influencia que intenta controlar desde las sombras la población súper humana y usarlos como armas contra monstruos e invasores alienígenas?

El objeto encontrado como hilo conductor de la historia

La obra se desarrolla desde el punto de vista de un periodista del Daily Bugle, Mark Ewing, quien encuentra por accidente documentos que parecen indicar que muchos de los primeros héroes y villanos del universo marvel fueron manipulados para convertirse en lo que actualmente son, e incluso en algunos casos, que los accidentes que les dieron sus poderes habrían sido ejecutados a propósito, con un fin mucho más siniestro del que se podría suponer. Esta investigación habría sido iniciada por un conocido reportero, Cliff Garner, el que actualmente lleva años desaparecido.

Así, se plantea cómo un grupo compuesto por militares y empresarios comenzó a reclutar a científicos e investigadores que estuvieran a la vanguardia del desarrollo tecnológico, especialmente en las área de defensa contra aquellos grandes monstruos apocalípticos de los años 50: Fing Fang Foom, Zzutak o Gormuu. Este grupo, formado por los generales B. Slinkard, Thaddeus Ross, L.Haywerth y E. Harrison, además de los industriales Howard Stark y Bolivar Trask, se habrían dado a la tarea de reclutar en sus años de juventud a Reed Richards, Hank Pym, Bruce Banner y a Charles Xavier, entre otros, para que desarrollaran respuestas frente a los ataques contra la humanidad.



La era atómica, una caja de pandora que nos traería todas las maravillas de un futuro que se nos había prometido constantemente. Pero era una época de paranoia, sospechas y cazas de brujas, y las superpotencias se preparaban para una guerra aun mayor. El futuro sería un lugar peligroso, a menos que pudiera ser controlado.”

Con el tiempo este grupo, llamado Control, buscaría manipular no sólo los resultados de la guerra fría y la carrera armamentística, sino a la opinión pública, el gobierno y a los mismos súper héroes y villanos. Así, los datos parecen indicar que, a lo largo de la historia del universo Marvel, esta organización habría orquestado las situaciones y accidentes que dieron origen a los súper seres, y con esto, lograr el terror del público y conseguir contratos de defensa para combatirlos y anularlos.

Aliens, Mutantes, Tritones...cada uno de ellos una amenaza potencial…y una fuente de salvación potencial. Bajo control.”

La investigación comienza en la Segunda Guerra Mundial, en la Edad de Oro, con la aparición de la Antorcha Humana original y los Invasores, para luego irse trasladando a plena época atómica, con el surgimiento de monstruos gigantes, el terror a los extraterrestres y la guerra fría. Como con la creación de la Antorcha Humana, la humanidad ha puesto toda su fe en la ciencia, y ese es el punto común que tienen la mayoría de los primeros héroes y villanos: Reed Richards, Hank Pym, Howard y Tony Stark, Bruce Banner, Peter Parker; Victor Von Doom, Bolivar Trask (creador de los centinelas), Elias Starr (el villano Cabeza de Huevo) y Otto Octavius (Dock Ock). Así, la ciencia y la verdad científica se convierten en el hilo conductor de las andanzas de los primeros súper humanos del universo marvel.

La búsqueda de la verdad

Coger lo extraordinario, lo extraño, lo maravilloso y aislarlo antes de que la prensa lo descubriera y se lo contara al mundo.”

A partir de situaciones extrañas, pero a la vez posibles, que nos hacen dudar de lo que sabemos de la historia de estos súper héroes, el periodista Mark Ewing va ahondando en una espiral de mentiras, pistas falsas, personajes duales y escenarios que no se aclaran y que plantean más dudas; todo esto aumentado cuando se encuentra con uno de los sobrevivientes de este grupo, alguien que podría tener las claves para conseguir la verdad o hundirlo más en la paranoia.

El relato, plagado de referencias históricas y de personajes conocidos del universo compartido, va deviniendo en una red de posibilidades que nos hacen transitar, junto al protagonista, por toda la historia del universo marvel, preguntándose si sería posible que la historia de héroes y villanos no fuera tal, sino que una fachada para ocultar el oscuro secreto de una organización, la fabricación más gigantesca que se pueda imaginar y que controla el destino de todos los personajes de dicho mundo.

Las pistas llevan al protagonista a distintas locaciones del universo Marvel: desde poblados arrasados en los enfrentamientos contra Hulk y bases construidas por Thanos a Búnkers de Shield y las oficinas del Bugle.


Con esto, la búsqueda de la verdad se va convirtiendo en un repaso por la historia y las convicciones normalmente aceptadas de un universo de ficción y que, de cualquier forma, pueden modificarse en cualquier momento gracias a la continuidad.


Un salto de fe

“La humanidad ha dado sus primeros y titubeantes pasos hacia el universo que nos rodea, pero esta experiencia con Gormuu nos demuestra que el universo es mucho más peligroso de lo que nadie esperaba…” – extracto de Respuestas Apropiadas a lo Fantástico, por el Dr. Reed Richards.

Luego de un enfrentamiento con Shield, el protagonista llega a un punto en que se ve enfrentado a una decisión crucial: tanto la teoría conspirativa como la versión oficial de los hechos ofrecen las mismas posibilidades de credibilidad, ambas son plausibles y dependerá sólo de él elegir una de las dos opciones. Sin embargo, la búsqueda de la verdad es peligrosa y requiere un salto de fe: puede matarnos o liberarnos, puede cambiar el mundo y cambiarnos a nosotros. El final, como en todas las grandes historias, queda abierto.

Con todo, es una propuesta sumamente interesante: si en la edad dorada los accidentes ocurrían porque sí o producto de la providencia, en la edad moderna debe existir un explicación que, generalmente, además de lógica es siniestra, pues involucra control, manipulación, dominio y, en el fondo, engaño y pérdida de libertad: la clásica situación en la que todo lo que se ha creído o vivido resulta ser mentira.





Todas las imágenes pertenecen a sus autores o propietarios y sólo han sido utilizadas para fines académicos y de difusión






domingo, 3 de julio de 2016

Origen e Historia de los Comic Books (I)

Según Alejandro Jodorowsky: “El comic es para que lo estudien los que no lo hacen.”[1] Como yo no hago comics, sino que simplemente disfruto de los que hacen los escritores y dibujantes, quiero dedicar algunos trabajos a los comienzos del comic book, especialmente el género de súper héroes. Esto, con el propósito de analizar su evolución desde sus orígenes hasta la primera mitad del siglo XX, culminando con el período conocido como la “Edad de Oro.”

Desde sus comienzos, y debido a sus orígenes populares y por hallarse íntimamente ligado a los ideales de entretención y escapismo, el comic, en general, fue categorizado como pasajero y efímero, destinado a niños y jóvenes pre adolescentes, cuyo único objetivo era ser una distracción o pasatiempo. Sin embargo, la evolución del medio y la aceptación del público posibilitaron propuestas y creaciones que desarrollaron este arte mucho más allá de sus primeros límites auto impuestos, y que con el tiempo, permitieron que se le considerase como un objeto coleccionable, culturalmente relevante y, en fin, como el Noveno Arte.

Los comienzos: Novelas ilustradas y sátira política

La historia de los comics, tal como la conocemos hoy, proviene sin duda de las primeras ilustraciones que se pusieron en secuencia para contar un relato. La definición de “arte secuencial” proviene de Will Eisner, artista creador de The Spirit y estudioso del comic book, y entrega el elemento que diferencia este tipo de arte de otros similares, es decir, ilustraciones puestas en orden deliberado para contar una historia: “…la estética propia del arte secuencial como medio creativo de expresión, materia de estudio en sí mismo y forma artística y literaria que trata de la disposición de los dibujos o las imágenes y palabras para contar una historia o especificar una idea.”[2] Según esta definición, es la secuencialidad de las imágenes lo que constituye el elemento característico del comic book; por lo tanto, una ilustración aislada o un dibujo único no tendrían el elemento necesario para ser un cómic, aunque como se verá a continuación, comparten un origen común.

Las primeras expresiones de imágenes en secuencia fueron utilizadas en tiempos antiguos para preservar y transmitir ideas significativas a través de un lenguaje propio: la imagen pictórica. El dibujo, utilizado de esta manera, se siguió utilizando a lo largo de la historia para reforzar la idea escrita y ayudar de esta manera en su comprensión: por ejemplo, en los manuales o tapices medievales que han llegado hasta nuestro tiempo. Asimismo, muchas obras literarias y teatrales llevaban ilustraciones o grabados para mostrar pasajes importantes o para motivar a los lectores, como es el caso de las historias para niños.

Si bien ya existían algunos ejemplos aislados anteriores, durante el siglo XVIII surge un estilo de dibujo particular, la caricatura (o cartoon en inglés) que consiste en la exageración de ciertos rasgos de un sujeto para transmitir una idea acompañada de un texto escrito, generalmente a través de la sátira y el humor. Uno de los precursores de esta técnica es el autor inglés William Hogarth (1697-1764) quien, desde la década de 1720, publica una serie de ilustraciones satíricas sobre acontecimientos y situaciones notables de su tiempo. Su trabajo más famoso es quizás A Rake’s Progress (La carrera de un libertino), una serie de ocho pinturas realizadas a partir de 1732 en las que se muestra, como parte de una continuidad, la historia de un hijo que dilapida la fortuna de su padre. Se trata, así, de uno de los precursores del arte secuencial.





Primeras cuatro pinturas de la secuencia A Rake’s Progress (La carrera de un libertino) de W. Hogarth

Otra obra relevante en esta época es la del ilustrador Joseph Franz Von Goez, (1754-1815) quien en 1783 publica una obra de teatro ilustrada, titulada Leonardo und Blandine: ein Melodram nach Bürger, que sienta las bases del arte secuencial: distintas ilustraciones acompañadas de texto que van avanzando la acción en una sucesión ordenada. A diferencia de estilos posteriores, el trabajo de Goez expresa el dramatismo de la obra con naturalidad y fuerza.





                      Cuatro cuadros de la obra de Goez (1783) que muestra la continuidad de la acción.



Como se mencionó anteriormente, otro antecedente del arte secuencial puede encontrarse en las historias ilustradas de novelas, o más específicamente, libros para niños o aquellos que recogían relatos típicos o costumbristas. Así, muchos artistas, grabadores y talladores de la época reprodujeron en imágenes las historias tradicionales del periodo. Se puede destacar, por ejemplo, la obra del artista alemán Wilhelm Busch (1832-1908) Max und Moritz, publicado en 1865, un tipo de historia con moraleja sobre dos niños y las travesuras que cometen; y, en el mismo estilo, el trabajo de Heinrich Hoffman (1809-1894) Der Struwwelpeter,  que se edita en 1845. Estas obras típicamente incluían una ilustración acompañada de un texto y la acción que se mostraba duraba una sola lámina y no tenía continuidad. Sin embargo, este estilo sería influyente para otras obras posteriores.








Ejemplo de historias para niños ilustradas: Max und Moritz (1865) de W.Busch y Old Mother Hubbard and his dog (1819) por R. Branston.



Paralelamente, y gracias a los avances en las técnicas y mecanismos de impresión, la caricatura política (o editorial cartoon) se vuelve muy popular durante el siglo XVIII y XIX, y comienza a incorporarse en las editoriales de los periódicos para ilustrar sucesos nacionales e internacionales.


Famosa caricatura de James Gillray, publicada en 1805, en la que se muestra a Napoleón y a William Pitt dividiéndose el mundo de la época.

El Glasgow Looking Glass, una publicación escocesa de 1825, presenta todas sus historias a través de imágenes humorísticas o cómicas (comic, en inglés) en las que se ilustran las tendencias del momento, los cambios sociales, las novedades internacionales o los cambios políticos.[3]



Ilustraciones del Glasgow Looking Glass tituladas "Concierto Amateur" e “Inteligencia Doméstica”

La utilización de la caricatura o cartoon como forma de transmitir ideas de forma humorística y creativa influyó, probablemente, en el desarrollo del arte secuencial moderno. Scott McCloud, en su obra Cómo se hace un Cómic, distingue el trabajo del educador suizo Rodolphe Töpffer (1799-1846) como uno de los primeros ejemplos de comic book: se trata de una serie de ilustraciones en secuencia acompañadas en la parte inferior de texto que acompaña o refuerza la acción. McCloud escribe: “El padre del Cómic Moderno en muchos aspectos es Rodolphe Töpffer, en cuyas historias satíricas que datan de mediados de 1800, se sirvió de la caricatura y de viñetas con bordes, y concibió la primera combinación interdependiente de palabras e imágenes aparecida en Europa.”[4] 

Töpffer era un profesor que creó diferentes series de historias para sus alumnos, pues se dio cuenta que de esta manera resultaban más atractivos para su aprendizaje. Estas historias, publicadas en periódicos de la época entre 1833 y 1845 (aunque fueron creadas en la década de 1820) se consideran como una de las primeras expresiones de arte 
secuencial tal como lo concebimos actualmente.


Serie de ilustraciones en secuencia de Töpffer, Histoire de M. Vieux Bois, publicada en 1837.


Histoire de Monsieur Cryptogame, publicada en 1845.


Es así como a una serie de ilustraciones humorísticas, en este caso en la forma de caricatura, se les dio un movimiento propio o secuencia en forma de línea o segmento, que va de izquierda a derecha, y se le acompañó de un diálogo que acompaña o refuerza la acción. Es el nacimiento del cómic strip o tira cómica.


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Un siguiente trabajo analizará el impacto del comic strip en la industria, desde fines del siglo XIX hasta principios del siglo XX.

Todas las ilustraciones perteneces a sus respectivos dueños o autores y sólo han sido utilizadas con fines académicos y de difusión.






[1] Jodorowsky, A. y Lihn, E.: Un Comic, editado por Pablo Brodsky, Santiago, 1992. p. 16.
[2] Eisner, Will: El comic y el Arte Secuencial, Norma, Barcelona, 2007; p.7.
[4] McCloud, Scott: Cómo se hace un Cómic, Ediciones B, Barcelona, 1995; p.17.